ILÊ AIYÊ – “MÁS QUE UNA ENTIDAD CARNAVALECA, ES NUESTRO ESTILO DE VIDA.”

Por: Italo do Carmo
Fotografía: André Frutuoso

La creación de una entidad carnavalesca exclusivo para personas negras en la ladera de Curuzu, en Salvador, Bahía, en plena dictadura, no fue solo un hito para el carnaval y la música local, sino también el primer momento de un cambio social y cultural en el país.

Ilê Aiyê fue la primer grupo afrobrasileño del carnaval, fundado en noviembre de 1974 por Antônio Carlos dos Santos Vovô y Apolônio de Jesus. Su sede durante 20 años fue el terreiro Ilê Axé Jitolú, dirigido por la Ialorixá, madre de Vovô y consejera espiritual de la entidad carnavalesca, la madre Hilda Jitolú. Hace treinta años, la institución comenzó a funcionar en un espacio bautizado como Senzala do Barro Preto.
Su primera participación en el carnaval de Salvador ocurrió unos meses después de su fundación en 1975, compuesto por menos de cien personas entonando la canción “¿Qué bloco es este?” del compositor Paulinho Camafeu, que presentaba el “Mundo Negro” a la ciudad.
El deseo inicial de Vovô era que el nombre del grupo fuera “Poder Negro”, en referencia al grupo político estadounidense que tenía objetivos similares. Sin embargo, la madre Hilda le aconsejó evitarlo debido a la situación política de Brasil, sugiriendo entonces Ilê Aiyê, del yoruba “Nuestra Tierra” o “Nuestra Casa”, un nombre que traduce muy bien el trabajo realizado por la institución a lo largo de estos 50 años.
Con cada año que pasaba, mejoraba aún más. En los circuitos del Carnaval de Salvador, los miembros de Ilê llaman la atención por el encanto y la elegancia de su belleza realzada por los trajes de Ilê. Hombres y mujeres vestidos de amarillo, rojo, blanco y negro, con estampados creados por el artista plástico Mundão Souza, según el tema anual. Estas estampas suelen llevar el “Perfil Azeviche”, una máscara africana que constituye la identidad visual de la entidad, ideada por el también artista Jota Cunha en 1978.

SAMBA-AFRO
La música que anima a los seguidores de Ilê Aiyê es producida por la Banda Aiyê, compuesta por intérpretes como Iana Marucha, Iracema Kiliane, Jauncy Oju Bará, Juarez Mesquita y Valter Ouro, quienes hacen que su gente vibren con las canciones de Ilê, formando el Coral Negro. También forman parte de la Banda Aiyê los directores, entre ellos el Maestro Mario Pam, el Maestro Kehindê Boa Morte y el Maestro Marivaldo Paim, quienes dan instrucciones al cuerpo de percusionistas para producir la mezcla de samba con la cadencia del Ijexá, intercalada con diversas convenciones percusivas derivadas de toques de terreiro y otros ritmos afro, conocida como Samba-afro. Se podría decir que este es el ritmo de Ilê Aiyê, ya que lo hacen de una manera única.

NOCHE DE LA BELLEZA NEGRA Y LA DIOSA DEL ÉBANO
El bloque afro pionero rompió paradigmas. Antes de su aparición, a los hombres negros no se les permitía tener el pelo largo ni barba, ya que se les consideraba con una “apariencia de marginales” a ojos del gobierno y la policía, que los detenían, les cortaban el pelo, los agredían y los liberaban al día siguiente. Sin embargo, con el surgimiento de Ilê Aiyê, esto comenzó a cambiar.
En 1979, con el crecimiento de la entidad, se creó la Noche de la Belleza Negra, donde la comunidad negra se reúne para celebrar, 15 días antes del inicio del carnaval, y elegir a la reina de Ilê Aiyê, la Diosa del Ébano, que reinará durante un año. El concurso se creó basándose en el concurso de “Reina del Carnaval”, pero para convertirse en la Diosa del Ébano se necesita la belleza, el encanto y el balance que solo posee la gente negra.
El pasado 13 de enero, Larissa Valéria, empresaria, profesora y coreógrafa, superó a las competidoras y fue elegida la Diosa del Ébano que reinará en 2024. En su quincuagésimo año, el concurso, que ya ha contado con candidatas de fuera del estado de Bahía, tendrá a una Diosa residente en el lugar donde todo comenzó: la ladera de Curuzu, en el barrio de Liberdade.
En este contexto, también es importante destacar el reconocimiento más reciente de la Noche de la Belleza Negra como patrimonio cultural inmaterial del estado, por IPAC, una verdadera conquista que corona décadas de dedicación a la promoción de las tradiciones afrobrasileñas. El Instituto del Patrimonio Artístico y Cultural de Bahía (IPAC) ejerce una influencia decisiva en la preservación y valorización de las expresiones culturales que componen la rica tela de la identidad bahiana.
El título de patrimonio cultural inmaterial establece nuevos estándares para la preservación y transmisión de esta rica herencia del Ilê Aiyê a las generaciones futuras. También testifica el compromiso del IPAC en proteger las expresiones culturales que hacen de Bahía un lugar único, donde las raíces africanas florecen y enriquecen la identidad local.
El Ilê Aiyê se ha consolidado como un bastión de la cultura afrobrasileña, representando un eslabón esencial entre las raíces africanas y la diáspora negra en Bahía. La institución, pionera en los desfiles de bloques afro en el carnaval bahiano, va más allá del entretenimiento y destaca como un vehículo para la educación y sensibilización.

BANDA ERÊ Y ESCUELA MÃE HILDA
El Tapete Negro, como se llama a Ilê Aiyê cuando desfila por los corredores del carnaval de Salvador, está lejos de ser solo una entidad carnavalesco. En 1988, la institución se dedicó a la educación y fundó la Escuela Mãe Hilda, con el objetivo de garantizar el derecho básico a la educación de niños y jóvenes de la comunidad, como herramienta en la lucha contra el racismo.
En 1992, el proyecto educativo se expandió y se creó la Banda Erê, un proyecto que ofrece clases de canto, coral, danza afro, percusión, literatura, entre otras actividades que contribuyen al desarrollo personal y la formación profesional, cultural y social de niños y jóvenes.

“Ilê, si no me gustaras a ti…”
Lo que parecía que no iba a funcionar, debido a las circunstancias político-sociales de la época, rompió barreras, hizo que el mundo lo conociera y entendiera el valor que Ilê Aiyê tiene en la vida de muchas personas. La canción “Ilê, si no me gustaras a ti” nos hace reflexionar sobre cómo sería si no hubiera Ilê Aiyê para la sociedad negra brasileña.

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